Pintura al óleo realista de un guepardo marcada por error como un animal vivo por Google Merchant Center.

Cuando Google Merchant Center confundió mi pintura de un guepardo con un animal real

Cuando Google Merchant Center confundió el arte con la realidad

Todo comenzó cuando recibí una notificación inesperada de Google Merchant Center.
Al parecer, mi nueva obra —una pintura al óleo realista de un guepardo— violaba la política de la plataforma sobre la venta de animales vivos.

Por un momento me quedé mirando la pantalla, completamente desconcertado. “¿En serio pensaron que mi pintura estaba viva?”
Sí, así fue. El sistema automatizado la marcó como una publicación de animal vivo, y el producto fue temporalmente rechazado.

Cuando la IA se toma el “realismo” demasiado en serio

Siendo justos, la pintura sí parece bastante real.
Cada detalle —desde la textura suave del pelaje hasta el brillo en los ojos del guepardo— fue trabajado para transmitir presencia y vitalidad.
Aparentemente, la IA de Google estuvo demasiado de acuerdo.

Resulta tan gracioso como fascinante que los algoritmos puedan ser tan precisos y, al mismo tiempo, tan fáciles de engañar.
En este caso, el realismo cruzó la línea que separa el “arte” de la “realidad”… al menos para los ojos de una máquina.

El reto oculto para los artistas en línea

Este no es un caso aislado.
Muchos artistas e ilustradores que venden en línea se han enfrentado a situaciones similares, donde los sistemas de moderación con IA confunden pinturas, esculturas o arte digital con productos prohibidos.

Si eres artista y publicas tus obras en línea, conviene incluir palabras como “pintura”, “obra de arte” o “ilustración” claramente en el título y la descripción.
Ese pequeño detalle puede evitar que tu creación sea marcada como algo que no es.

Risas, lecciones y un poco de orgullo

Después de la sorpresa inicial, no pude evitar reír.
Si una IA confundió mi arte con algo real, quizá esté haciendo bien mi trabajo.

En un mundo cada vez más moldeado por la inteligencia artificial, este episodio sirve como un recordatorio lleno de humor:
las máquinas pueden procesar imágenes, pero aún no pueden ver el arte.
Y tal vez ahí resida la belleza de la creatividad humana: en esa delgada línea entre la realidad y la imaginación.

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